Muchos estudios han demostrado que los colores influyen en todos los aspectos de nuestra vida. Son un arma muy importante en lo que a comunicación se refiere y una de las formas más poderosa de comunicación no verbal, ya que a través de ellos obtenemos menajes no subliminales que luego se convierten en impulsos.
Los colores que llevamos hablan por nosotros, incluso en los juicios. Es cierto que los jueces suelen combinar los colores negros de la toga con el blanco de sus camisas. Esa combinación, es lo que manifiesta que son la máxima autoridad en ese proceso y que no hay la menor duda de que lo son. Igualmente, en el caso del abogado que defiende al testigo, suele mostrar una imagen que crea confianza y en la que trabaja su marca personal.
El 93% del mensaje de lo que comunicamos se percibe a través de gestos, el tono de voz, la ropa y su color, y el resto que queda se vincula a las palabras que decimos. Es decir, que en conclusión, los seres humanos somos muy visuales.
Los colores son muy importante, pues emiten vibraciones y las personas reciben esas ondas. Por ejemplo, la combinación de rojo y negro, proyecta una imagen de agresividad o violencia. Pues aunque existe la generalización de que el negro favorece a todo el mundo, no es del todo cierto, hay tipos de personas que por sus ojos, cabello piel, no lo favorece este color.
Los colores que llevamos suelen impactar al subsconsciente en las personas que nos están viendo. Por ello, si tu te ves bien, el resto de personas te verán bien, lo que se traduce en una mejor confianza en un mismo y seguridad personal. Aunque también se pueden utilizar para lo contrario, es decir, para que el acceso a nosotros sea más difícil.