La presencia es una forma de transmitir cómo te sientes ante las personas que te observan, por lo tanto, si tu presencia es mala, transmitirás un estado de inseguridad o duda, en cambio, si tu presencia es buena transmitirás seguridad y confianza.
En un juicio es muy importante mostrarse cómodo a la hora de desempeñar el trabajo de abogado profesional, ya que mostrarás al público del auditorio un claro mensaje de seguridad, confianza y capacidad de poder llevar a cabo el juicio con total garantía.
Mantener una buena presencia influye muy notablemente en el trato que recibiremos por parte del juez, los fiscales, los testigos, los peritos y demás personas que forman parte de un juicio y, sobretodo en la percepción que recibirá el cliente.
El signo más evidente para transmitir buena presencia es la cortesía. El guardar turno, no interrumpir y no hablar sin permiso, son factores a tener en cuenta, al igual que hablar con la máxima corrección y saber cómo dirigirse al juez.
También el autocontrol, mantener la calma y la compostura también es muy importante, al igual que la paciencia. No perder los papeles ni la serenidad y las buenas formas a la hora de responder alguna acusación.
La prudencia también es una buena aliada de la buena presencia. Se debe ser prudente y analizar de forma reflexiva la respuesta antes de contestar cualquier asunto e intentar siempre responder con total naturalidad.
Saber gestionar correctamente todas estas cualidades durante un juicio harán que casi sin enterarte transmitas ese halo de seguridad y buena presencia que se necesita.